Me levanto despacio. Aún siento latir algunos de los músculos que ni siquiera creí tener antes de comenzar este Camino. Me siento diferente esta mañana, cada mañana. Es esa mezcla de sensación de aventura con el aliciente diario por el devenir del tramo siguiente. No me han defraudado los anteriores, al contrario, forman ya parte de una cadena de detalles que dan sentido e imprimen carácter a mi viaje.
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Y que de pronto ese ritmo del Camino, ese despertar con la "única" preocupación de seguir hacia adelante, de caminar, de encontrar dónde comer y con quien compartir una charla agradable, se convierta en el horizonte que podría no dejar de ser durante más tiempo… Es curioso como en los viajes, en el Camino, se conecta tan rápida y naturalmente con los 'basics' de la vida… Un nuevo día, una nueva aventura de cosas pequeñas… Buenas reflexiones para apretar el paso en otro nuevo día diferente.
Realmente estimada peregrina, (o estimado), las cosas de la vida que realmente merecen la pena son tan sencillas, que conectar con ellas, es prácticamente un acto reflejo. Gracias por tu espléndido comentario.
Hola quería hacer el camino
No se da donde empezar es algo de absolutamente nuevo para mi
Hola Elena,
Todo dependerá de los días que tengas, de dónde quieras dormir, de qué Camino te gustaría…
Te mando mail con información general y luego ya matizaremos.
Saludos